PR-Z 96. Valle del Ribota. Tramo 5 Aniñón - Enlace GR 90.2

La ramificación del PR-Z 96 que une este itinerario con el del GR 90.2 sale de Aniñón (711 m) por el N, tomando el camino asfaltado que se dirige hacia el embalse del Niño Jesús. Enseguida se pasa por una mesa de interpretación sobre esta obra y por la ermita de San Ramón, de factura popular. A los pocos metros se toma a la izquierda un camino de tierra.

El itinerario avanza por el camino de Jarque, ascendiendo con suavidad entre campos de cultivos, principalmente de cerezos. Luego cruza los barrancos de Valpedrosa y Piedrahita, siempre próximo al barranco del Fresno. Este tramo ilustra sobre la tradición del regadío en Aniñón: el primer embalse del pueblo data del siglo XVII, se construyó un segundo en 1955 y se pueden ver abundantes balsas que completan el sistema. La última obra ha sido un novedoso sistema de riego por goteo dirigido por telecontrol.

Más adelante se deja bajo el camino el embalse antiguo, conocido como Estanque de Aniñón o del Niño Jesús. La marcha ofrece una buena vista de la lámina de agua sin descender hasta su ribera. Poco después se interna en un frondoso bosque en el que conviven carrascas y pinos.

Tras cruzar sobre el cauce del barranco del Fresno, se llega a la ermita del Niño Jesús (5,6 km; 1 h 20 min), un lugar muy apropiado para una parada de descanso, ya que dispone de una fuente de agua. Aquí suben los vecinos de Aniñón en romería cada tercer domingo de mayo.

La pista de tierra se acaba junto a la ermita y en la última parte del recorrido se marcha por una senda bien definida y limpia, que remonta el barranco hasta el embalse del Niño Jesús (7,1 km; 1 h 50 min). Aunque de pequeña superficie y capacidad (poco más de 3 ha y 0,2 hm3) es un importante humedal, en el que viven anfibios como el tritón jaspeado o el sapo partero, y a donde se acercan a beber mamíferos como el corzo.

Su entorno es uno de los mejores ejemplos de bosque mediterráneo en la comarca de Comunidad de Calatayud, con encinas, alcornoques y rebollos, entre afloramientos de cuarcitas. Llama la atención, también, su aislado enclave, reforzado por la curiosidad de que el camino por el que se subieron los materiales para construir la presa pasaba por el vaso, y éste quedó luego inundado.

La senda bordea el embalse por el O y alcanza su punta más oriental, por donde llegan las escorrentías del arroyo del Niño Jesús. Junto al extremo del humedal hay un cruce de caminos, donde se debe optar por la pista que en ascenso deja atrás la rambla y el embalse. Después de un par de curvas, obvia el desvío de otra pista a la izquierda y, finalmente, alcanza otra, en la que conecta con el GR 90.2 (1.025 m; 8,2 km; 2 h 10 min).